Hola, 2017:
Antes que nada, darte las gracias por la cantidad de lecciones que me diste a lo largo de este año: de todo tipo, algunas dolieron y otras aún las tengo que descubrir.
En general no te voy a echar de menos, espero que 2018 sea algo más tranquilito, sin embargo tuviste cosas muy buenas y son las que vengo a decir:
Viaje muchísimo, creo que fue el año que más viajé, fui a Asturias, Portugal, Bélgica y Holanda (me moví por Galicia, fui a Vigo y a Santiago) e hice una escapadita para ir a un santuario animal del que saqué unos recuerdos indelebles en formar de amor puro y patitas.
A raíz de uno de esos viajes, a Asturias, más concretamente, nació la razón por la que estoy aquí: volví a escribir. Llevaba mucho tiempo sin hacerlo ya que yo, cuando escribo lo hago porque necesito expresar un sentimiento que tengo atascado (de ahí que no suela escribir cosas alegres, aunque también las hay). Y retomé el blog y quise ampliarlo y compartir también lo que leía y daros mi opinión y a partir de ahí conocí a personas maravillosas como a Eva de Magia Oculta, Antía de Mundo Gamusino o Ana de Rubíes Literarios que hacen que mi día a día siempre tenga un toque literario y divertido.
La historia continúa cuando entro en el Club de Lectura Lectorxs Empedernidxs del que me enamoré en la primera lectura y que me ha dado de las mejores lecturas de este año. Más tarde Eva y Antía me ofrecieron la posibilidad de administrar el club junto a ellas y allí fui de cabeza y hasta el día de hoy.
La lectura se convirtió este año en mi mayor ayuda y en una vía de escape pero no siempre se puede estar escapando y es por eso que sé que el 2018 va a estar lleno de descubrimientos, lecturas y esperemos que algún que otro reencuentro.
Muchas gracias a las personas que formasteis parte de mi 2017, creando recuerdos y dando lecciones.