Autor: Fernando Sánchez Dragó
Editorial: Planeta
Número de páginas: 250
ISBN: 9788408087441
Fecha de publicación: 2009
Esta es la historia de un gato que, como todos los gatos, era un gato mágico. Andaba por los pueblos de las tierras altas de Soria en busca de un hogar. Era un gato aventurero y le gustaba viajar, pero no tenía nombre. Y quien no tiene nombre, viaja sin brújula, sin saber a donde va. Para descubrir su verdadero nombre este gato mágico tenía que encontrar su hogar.
Tengo que admitir que yo llegué a este libro por casualidad. Estaba en la biblioteca cuando vi la portada: una estatua de Buda y un gato y dije: nada se tiene que venir conmigo.
Y sin duda, llegar de esta manera a una historia me parece precioso. Fue todo un descubrimiento que me dejó con un sabor agridulce en la boca. El autor nos regala reflexiones preciosas tanto desde un punto de vista bastante filosófico como desde el punto de vista de una persona que haya convivido con un gato, sacándonos estas últimas sonrisas ante la veracidad de sus imágenes y recuerdos.
La historia se desarrolla como un cuento que le relata un señor a su nieta. Una historia de un gato sin nombre. Este es un gato tremendamente inteligente y el abuelo de Caterina, pues así se llama la niña, ensalza su carácter y andanzas por el mundo. Todo esto despierta en el lector una sensación de dulzura y cariño, tanto por el animal como por el abuelo y la nieta, ya que tienen una relación, por lo que se puede apreciar en las páginas, bastante cercana.
La manera en Fernando maneja las palabras y crea conceptos que va adornando y a los que otorga prácticamente de personalidad propia hacen que la novela nos gane, sin embargo no es oro todo lo que brilla, ya que escondidas entre estas pequeñas joyas, nos encontramos comentarios tremendamente machistas que en un principio nos hacen pensar que podría tratarse del personaje, pero a medida vamos avanzando, cuestiones como la lactancia materna y la opinión, completamente innecesaria por parte del autor me hizo cerrar los ojos y releer, dado que no concebía que no fuera una broma o algún tipo de ironía, pero no, no lo era. Cosas como esta cambiaron totalmente mi concepción de la novela ya que por mucho que me guste la manera en la que una historia esté relatada, si en esta se disponen ideas en contra de mi libertad como persona, no puedo pasarlo por alto, rebajando así mi puntuación.
Que el protagonista de la novela es un tremendo punto a favor como lo son las reflexiones y los recuerdos que relata el autor. Los comentarios y lecciones que en ocasiones el mismo intenta dar a su nieta con temas tan delicados como la lactancia materna hacen que se rompa el encanto ya se sumerge en temas delicados y cuya opinión no tiene que ver con la historia, sobretodo si no se relata de manera neutral.
A pesar de ello, es una historia que guardo con buen recuerdo por la manera en que llegué a ella y por los momentos en los que el gato sin nombre me acompañó. Haber sido capaz de observar aquellas cosas con las que no estoy de acuerdo, me recuerda que no todo es blanco o negro si no que en todo hay tonalidades de grises.
PD: También cabe resaltar el parecido entre el título de esta novela con la del Francisco Umbral, Mortal y rosa que, curiosamente, es mi lectura actual.
¿Habéis leído esta novela?¿Qué os pareció?
No hay comentarios:
Publicar un comentario