miércoles, 15 de octubre de 2014

Espejo

Las palabras se disparan, una tras otra, rompiendo candados, quemando muros. Despertando viejos fantasmas.
Como si aquella pantalla fuera un espejo. Rompe a llorar.
Le han cortado la mordaza del silencio. Rápido, fuerte, brusco.
Duele.
Duele saber que no es un sueño. Duele saber que no es su única protagonista.
La realidad la entierra.
Lee, asume, reconoce. Sus miedos, sus dolores, sus sombras  que se presentan en tercera persona, también marcaron a la persona que está al otro lado. Y como ellas otras tantas personas, sin rostro, sin confianza,  sin realidad. Otra tantas personas  que odian, que viven soñando una pesadilla en blanco y azul.
Tras ese momento, acordaron prestarse las sonrisas y los colores. Reconstruir los muros y saltarlos. Aquel siguió siendo su secreto, compartido ahora. Aquellas que habían sido dos pasaron a ser una.

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