Ha venido, preocupada a preguntarme si es normal no tener final. El resto de historias que conoce lo tienen. Ella también quiere uno. Le da igual que sea feliz, triste, abierto o cerrado. Quiere un final.
Me sorprendió, no sabía que teníamos tu y yo algo más en común que el lugar donde vivimos. Pero vaya si tenemos.
-¿Cómo eres?- pregunté- ¿Eres feliz, eres triste?¿Eres una historia romántica o de aventuras?
No obtuve respuesta. Cuando miré, vi que sólo tenía escrita una línea en la primera página, como una pequeña cicatriz. Al acercarme pude ver con claridad lo que ponía:
"Se ignoraban mutuamente a conciencia".
Y yo que pensaba que no nos conocíamos, !y vaya si nos conocemos!
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