Y cuando caiga el último pétalo de la rosa, no, no dejaré de quererte, no, eso sería auténtica magia, sólo morirá mi sonrisa.
Los animales no me ayudarán con las tareas y la segunda estrella a la derecha será el supermercado de la esquina. El polvo de hada se posará en los muebles esperando a ser barrido.
A las 12 las pequeñas preocupaciones se transformarán en grandes problemas que querrán entablar conversación para robarme el sueño.
Ningún beso tuyo podrá despertarme y sólo nos conoceremos de cruzarnos por la calle, esperando el bus o por estar en una cafetería.
Nunca me imaginaré cómo sería una vida juntos ni esperaré a oír mi nombre en tus labios una tarde lluviosa.
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