viernes, 7 de octubre de 2016

Cuidado

Cuidado con hacerme daño, dicen que soy inflamable y volátil. Con una chispa, desaparezco, sin dejar rastro, tranquilo, tampoco dejo heridos. Como si nunca hubiera existido. Tal vez, con suerte, o no, te lleves contigo un trocito de mi tras la explosión, algo así como una cicatriz que no te das cuenta de cómo te hiciste pero que está ahí y nunca cicatriza, pero no, no duele, tampoco sabrás nunca de que es.
 Para cuando descubras esa marca, si la tienes, yo ya habré volado y estaré intentando anidar en otra persona, a ver si puede sostener mi nido sin que arda. Parece que nadie puede.


Seguramente, varios años después, nos encontraremos por la calle y sin que sepas porqué mi sonrisa te dolerá, como a mí me dolieron las lágrimas que me hiciste malgastar.  Las cuento, cuantas más hayan sido, peor lo pasarás al verme, sin saber por qué. Las lágrimas cristalizarán y me harán brillar. Los científicos lo llaman belleza.

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