Cuidado con hacerme daño, dicen
que soy inflamable y volátil. Con una chispa, desaparezco, sin dejar rastro,
tranquilo, tampoco dejo heridos. Como si nunca hubiera existido. Tal vez, con
suerte, o no, te lleves contigo un trocito de mi tras la explosión, algo así como
una cicatriz que no te das cuenta de cómo te hiciste pero que está ahí y nunca
cicatriza, pero no, no duele, tampoco sabrás nunca de que es.
Para cuando descubras esa marca, si la tienes,
yo ya habré volado y estaré intentando anidar en otra persona, a ver si puede
sostener mi nido sin que arda. Parece que nadie puede.
Seguramente, varios años después,
nos encontraremos por la calle y sin que sepas porqué mi sonrisa te dolerá,
como a mí me dolieron las lágrimas que me hiciste malgastar. Las cuento, cuantas más hayan sido, peor lo pasarás
al verme, sin saber por qué. Las lágrimas cristalizarán y me harán brillar. Los
científicos lo llaman belleza.
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